domingo, 16 de mayo de 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

Labio Leporino y Paladar Hendido




Labio Leporino y Paladar Hendido


¿Qué son el labio leporino y el paladar hendido?

El labio leporino y el paladar hendido son anomalías de nacimiento de la boca y del labio. El labio leporino y el paladar hendido son los cuarto más común de defectos de nacimiento en los estados unidos y afecta a aproximadamente uno de cada 700 nacimientos por año. Estas malformaciones son menos frecuentes en la población afroamericana. El labio leporino y el paladar hendido se desarrollan en la etapa temprana del embarazo, cuando los lados del labio y del paladar no se fusionan como deberían. Un niño puede tener labio leporino, paladar hendido o ambos. El labio leporino y el paladar hendido juntos son más comunes en los niños que en las niñas. Es también importante saber que la mayoría de los bebés que nacen con una hendidura son sanos y no tienen ninguna otra anomalía congénita.


Paladar hendido

El paladar hendido se presenta cuando el paladar no se cierra completamente sino que deja una abertura que se extiende hasta la cavidad nasal. La hendidura puede afectar a cualquier lado del paladar. Puede extenderse desde la parte anterior de la boca (paladar duro) hasta la garganta (paladar blando). A menudo la hendidura también incluye el labio. El paladar hendido no es tan perceptible como el labio leporino porque está dentro de la boca. Puede ser la única anomalía que presenta el niño o puede estar asociado con el labio leporino u otros síndromes. En muchos casos, otros miembros de la familia han tenido también el paladar hendido al nacer.



• Labio leporino

El labio leporino es una anomalía en la que el labio no se forma completamente durante el desarrollo fetal. El grado del labio leporino puede variar enormemente, desde leve (muesca del labio) hasta severo (gran abertura desde el labio hasta la nariz). Para los padres puede resultar estresante acostumbrarse a la obvia anomalía de la cara, ya que puede ser muy evidente.

El labio leporino recibe distintos nombres según su ubicación y el grado de compromiso del labio. Una hendidura en un lado del labio que no se extiende hasta la nariz se denomina unilateral incompleta. Una hendidura en un lado del labio que se extiende hasta la nariz se denomina unilateral completa. Una hendidura que compromete ambos lados del labio y que se extiende y compromete la nariz se denomina bilateral completa


La importancia del tratamiento en equipo


Los niños nacidos con labio o paladar hendido pueden necesitar el concurso de varios profesionales médicos para corregir los problemas asociados con la hendidura. Además de un cirujano plástico para reparar la hendidura, estos niños pueden tener problemas con la alimentación, con sus dientes, su audición, con el habla, y con el desarrollo psicológico conforme van creciendo.


Por esa razón, los pacientes deben buscar ayuda lo antes posible, para comenzar el tratamiento integral cuanto antes. Habitualmente el equipo médico que trate a su hijo debe tener los siguientes especialistas: un cirujano plástico, un odontólogo, un especialista en habla y lenguaje, un otorrinolaringólogo, y un psicólogo.


Cuando la cirugía se lleva a cabo por un cirujano plástico cualificado con experiencia en el tratamiento del labio y paladar hendido, los resultados suelen ser bastante positivos. De cualquier manera, como con cualquier operación hay riesgos y complicaciones asociados con el procedimiento.


En cirugía del labio hendido, el problema más común es la asimetría, cuando uno de los lados de la boca y la nariz no encaja con el otro lado. El objetivo de la cirugía del labio hendido es cerrar la separación en una sola operación. No obstante puede ser precisa una segunda intervención.
En la cirugía del paladar hendido, el objetivo es cerrar la apertura del techo de la boca de forma que el niño pueda comer y aprender a hablar con corrección. También ocasionalmente, la cicatrización alterada del paladar y un habla poco correcta, pueden requerir una segunda operación.


Planificación de la cirugía


En su consulta inicial, le explicaremos con detalle el procedimiento, incluyendo donde se hará la cirugía, el tipo de anestesia, los posibles riesgos y complicaciones, recuperación, costes, y los resultados que puede esperar. También le daremos respuestas sobre cuestiones tales como la alimentación del niño, antes y después de la cirugía.


La cirugía del labio hendido o leporino.


El labio hendido puede variar en severidad desde una ligera hendidura en el bermellón del labio superior hasta la separación completa del labio llegando hasta la nariz. Las hendiduras pueden presentarse en uno o en los dos lados del labio superior. El tratamiento se realiza generalmente cuando el niño tiene sobre tres meses de edad.


Para reparar el labio hendido, se hace una incisión en cada lado de la fisura desde la boca a la nariz. El diseño de la incisión permite unir el bermellón, la musculatura de la boca y la piel en su posición correcta. Se reconstruye de ese modo la función muscular normal y la forma del "arco de cupido". La deformidad de los agujeros nasales asociada con el labio hendido puede ser mejorada al mismo tiempo que el labio, o precisar una intervención posterior.


Recuperándose de la cirugía del labio


Su hijo pudiera estar inquieto inmediatamente después de la intervención, pero le mandaremos medicación para aliviar sus molestias. Serán necesarias ciertas restricciones de movimientos para evitar que manipule las zonas recién operadas.
Las suturas se retiran a los 7 días. Le daremos instrucciones acerca de cómo alimentar al niño la primera semana de postoperatorio.


Es normal que la cicatriz se ponga dura y roja tras la intervención. Ira gradualmente atenuándose, aunque no desaparecerá del todo. No obstante la mayoría de los pacientes suelen requerir retoques cuando son adultos.

La cirugía del paladar hendido


En algunos niños, la fura palatina puede afectar solo a una pequeña porción de la parte posterior del paladar; en otros, puede aparecer una separación completa que se extienda de delante a atrás. Como con el labio hendido, la fisura palatina puede afectar a uno o a los dos lados del techo de la boca.


La reparación del defecto palatino suele ser una cirugía un poco mayor que la del labio, y se realiza generalmente entre los nueve y los dieciocho meses de edad, de esta forma el niño es ya un poco mayor y tolera mejor la intervención
Para reparar el paladar, se hace una incisión a ambos lados de la separación, moviendo el tejido de ambos lados de la fisura hacia el centro o línea media del paladar. Esto reconstruye el paladar, juntando los músculos y aportando suficiente longitud en el paladar para que el niño coma y aprenda a hablar correctamente.


Recuperándose de la cirugía del paladar hendido


Durante un día o dos, el niño puede sentir molestias, que serán controladas con medicación. Durante este periodo el niño no comerá ni beberá tanto como normalmente, por lo que es conveniente mantener la vía intravenosa para hidratarle. Le diremos lo que debe comer las primeras semanas de postoperatorio. Es importante seguir los consejos que le daremos para permitir la cicatrización correcta del paladar.


El labio o paladar reparado


Los niños con paladar hendido son particularmente proclives a infecciones de oído, ya que la fisura puede interferir con la función del oído medio. Para permitir el drenaje y la ventilación adecuada, es recomendable colocar un pequeño tubo de ventilación en el tímpano.
No es infrecuente que el crecimiento del niño alterado por la fisura de lugar a problemas en el desarrollo del maxilar superior y los dientes y en la nariz. Por ello es preciso vigilar su desarrollo y controlar la erupción de su dentición. Con el paso de los años suelen necesitar ortodoncia y al final del crecimiento ajustes en la forma de la nariz, la oclusión y la cicatriz labial.


Tal vez lo más importante, es tener en mente que la cirugía para reparar labio y paladar es solo el comienzo del proceso. El soporte familiar es crítico para el niño. La comprensión y el cariño familiar le ayudaran a crecer, y afianzar su autoestima por encima de su defecto físico.